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Packrafting: un poco de historia

Breve recorrido por la historia del packrafting, desde su sorprendente origen hasta los últimos avances que revolucionaron el mundo outdoor.

 

La génesis del packrafting es difusa. Probablemente la búsqueda por encontrar un elemento que reuniera las ventajas del packraft en términos de peso y portabilidad se remonta a varias décadas atrás. 

Los intrépidos exploradores modernos estuvieron por años intentando hallar soluciones de este tipo a la hora de aventurarse en la naturaleza salvaje, pero el punto de quiebre parece encontrarse en la Segunda Guerra Mundial, momento en que se fabricaron balsas inflables livianas y empacables. Así, el packraft, como tantas otras invenciones en la historia de la humanidad, tendría su raíz en un conflicto bélico.

 

Los expertos en la materia consideran al estadounidense Dick Griffith como el fundador del packrafting luego que recurriera a las balsas de caucho que llegaron a su país después de la Segunda Guerra Mundial. Cuenta la historia que en 1952 utilizó una pequeña balsa de supervivencia de la Fuerza Aérea para descender junto a otras personas el río Urique en México. Sin embargo, tuvieron que pasar varias décadas para que Griffith instalara el packrafting en Estados Unidos.

En 1982, llevó su bote al “Alaska Mountain Wilderness Classic Race” y dejó atónitos a sus competidores y la comunidad outdoor. En medio de la carrera, los que lideraban la competición se toparon con un río gélido y embravecido, con un caudal que lo hacía infranqueable. A regañadientes, los impacientes atletas se vieron obligados a esperar hasta la mañana siguiente con el objetivo de cruzar cuando el nivel del agua no estuviera tan alto.

En eso estaban cuando Griffith -ya entrado en años- apareció con su balsa, la infló y cruzó el río mientras el resto miraba estupefacto. Fue una lección para los más jóvenes, y el inicio de una nueva era. En poco tiempo se instaló en Alaska el concepto de usar balsas inflables para cruzar ríos, lagos y otros cuerpos de agua, y así surgieron las Sherpa Rafs y otros prototipos.

En 1996, el ya experimentado explorador Roman Dial -autor del libro “Packrafting: An Intro & How To Guide” y quien fue testigo de aquel momento en que Griffith sacó a relucir su balsa inflable- realizó una travesía de más de mil kilómetros durante siete semanas en Alaska con balsas y bicicletas, una variante conocida en la actualidad como bikerafting, y que permitió expandir una vez más los límites. Esta aventura inspiró a Thor Tingey a realizar sus propias rutas en packraft y con el tiempo fundar Alpacka Raft, comenzando con su producción y comercialización hacia el año 2002.

Hoy Alpacka Raft es una de las marcas líderes de la industria del packrafting, pero en el camino se han ido sumando otras como Kokopelli y MRS, que han ido empujando las fronteras de la creatividad cada vez más en términos de innovación, resistencia, portabilidad y peso. Actualmente es posible encontrar packrafts idóneos para diferentes tipo de actividades, desde pesca y caza hasta descenso de aguas blancas. Los botes hoy también pueden incorporar un cierre T-Zip impermeable que permite guardar el equipo al interior del compartimiento de aire, generando un centro de gravedad más bajo con la ventaja extra de liberar la cubierta.

En Estados Unidos, Europa, Japón, Australia y Nueva Zelanda el packrafting cada vez suma más adeptos. En promedio, los packrafts pesan alrededor de 3kg., y empacados ocupan un tamaño similar al de una carpa para tres personas. Cuesta creerlo, pero se inflan con una bolsa especial en cuestión de minutos (¿No nos crees? Revisa este video). 

Estos botes son los compañeros ideales para los viajes anfibios –como éste-, ya sea si vas a caminar, correr, andar en bicicleta, esquiar o lo que se te ocurra. Es una herramienta fundamental para incursionar por lugares remotos y de difícil acceso, abriendo oportunidades de exploración antes impensadas o casi impracticables con los tiempos actuales. Es allí donde el packraft alcanza su máximo potencial, cruzando la naturaleza salvaje, lejos de los senderos trillados, allí donde los ríos corren libres y se hace camino al andar.

Pero no sólo es útil para aquellos más extremos y aventureros, sino que también para los que buscan navegar en distintos cuerpos de agua, incluso el mar, de forma recreativa; para paseos tranquilos, de contemplación y relajo, o bien para la observación de aves y fauna en general. Con los packrafts ya no son necesarios carros de arrastre ni parrillas sobre el vehículo: puedes llevar varios de estos botes en un auto o incluso en una mochila.

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