Fue un día especial, definitivamente. Sin darle mucha vuelta, un amigo y yo coordinamos con Chile Anfibio una salida que proponía 10 km en packfraft bajando hacia la desembocadura del río Rapel y luego 12 km pedaleando al punto de partida. Los matices y contrastes del paisaje nos reconfortaron en todo momento, y hasta un chapuzón en una pequeña playa nos dimos. La experiencia fue espectacular y la repetiría.